viernes, 11 de mayo de 2012

Canasta

Canasta tejida a mano
La cestería en México data de hace un buen de años desde los primeros pobladores del territorio, por lo cual la canasta ha estado con nosotros desde hace ya un buen.
Lo que sucede es que hay evidencias arqueológicas de que los primeros pobladores del territorio tejieron cestas con fibras de palma, agave y henequén mucho tiempo antes de que aprendieran a usar el barro para hacer contenedores. Parece que usaban las canastas incluso para contener agua ya que las fibras al mojarse se expanden cerrando los espacios entre las fibras evitando así  la perdida de agua. Incluso cocinaban en estas canastas usando piedras calientes para hacer hervir el agua y poder así cocer los alimentos.
Sin embargo la que nos atañe, es una canasta muy particular, ya que no contiene otro valor en su interior que no sea mermelada de piña.
De hecho la piña y la panadería tienen una relación afectuosa que va mas allá de los besos y los abrazos. Es mas bien una relación intima que nos favorece a todos. Y es que viviendo en un país tropical sería realmente torpe no aprovechar esta fruta que ademas de sana e increíblemente sabrosa se lleva bien con muchísimas cosas. En este caso hecha mermelada es una cosa prodigiosa.
Piña veracruzana de Medellín.
Me encanta esta pieza de pan porque tiene combinación de sabores que otras no tienen. Se combina lo dulce del propio hojaldre con su toque saladito (cuando esta bien hecho) con lo dulce y lo acidito de la mermelada de piña. Uso los diminutivos en el texto anterior, porque yo se que entre mexicanos entendemos que no es lo mismo salado a un toque saladito y no es lo mismo está ácido a está acidito.
Yo diría que se trata de una pieza de pan para compartirse ya que para mi gusto es un poco grande yo nunca me la acabo. La pieza de la foto la compré en "El Mejor Pan" que está sobre Av.Cuahutemoc en la colonia Doctores justo enfrente de la estación Parque Pushkin del MetroBus.

Esta es una canasta


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